En Venezuela siempre han existido, pero que lamentablemente las normas pocas veces se cumplen. Añade que en ocasiones “tampoco exigimos calidad. Toda la cadena tiene culpa. Cuando nos toca ir a los mercados internacionales encontramos normas más estrictas. Hay compradores que exigen que el grano esté 100% fermentado o libre de partículas extrañas”.
Ya el maestro chocolatero y pastelero francés Pierre Mirgalet lo había recordado en una de sus visitas al país. Al cacao venezolano “le hace falta rigor en los procesos de fermentación y secado”.
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